¿Deberían nuestro niños aprender a codificar (programar)?
Un reciente artículo en el New York Times pinta un panorama de fascinante preparación para la universidad para alumnos de primaria, con niños de primer grado que visitan los campus universitarios, hacen diagramas de las clases que quieren asistir y llenan aplicaciones ,simuladas, todo para asegurarse de que la clase de 2030 está preparada para la universidad .
Sin lugar a dudas el frenesí de las admisiones a la universidad ya se lanzó a escuela primaria. Simulacros de visitas universitarias guiadas o escribir ensayos personales representan grandes oportunidades para inspirar a los niños a pensar en su futuro. Pero ¿estamos nosotros, los padres y los profesores, en el camino correcto para mostrarle alguna prueba de los que será el futuro a nuestros pequeños?¿Los estamos equipando con las habilidades necesarias para triunfar en la vida – con o sin un título universitario?
Los constantes avances en la tecnología dan forma a la economía y nuestro papel en ella. En la próxima década, tenemos que preparar a nuestros niños, la futura fuerza laboral, para un mundo donde las máquinas inteligentes se perfilan para destruir muchos de nuestros puestos de trabajo existentes hoy y para los puestos de trabajo “de habilidad intensiva” que no existen en la actualidad.
Para esto, cada vez hay mas voces que abogan por un mayor énfasis en las habilidades de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) que será preparar a nuestros hijos para que sean “empresarios creativos”, mientras que las máquinas se encargan de las tareas más mundanas.
Entonces ¿qué significa esto?
¿Deberían mis hijos centrarse más en las matemáticas y la ciencia? ¿Es que absolutamente tienen que aprender a codificar? ¿Deberían unirse a un club de Sudoku en vez de Fútbol?
¡Claro que deberían! No sólo para aumentar sus habilidades en STEM, sino también para poner a punto sus “habilidades blandas” porque los trabajadores y futuros líderes tendrán que ser innovadores, decisivos y empáticos.
Jugar, codificar, los conducirá a pensar con independencia y creatividad, localizar y resolver problemas, innovar constantemente y dirigir equipos en un ecosistema cada vez más interconectado – en pocas palabras, el alcance de las competencias que se espera de la futura fuerza laboral.
A medida que continuamos enseñando a nuestros jóvenes a leer, escribir, contar – y, finalmente, codificar, ya no podemos darnos el lujo de ignorar las 4C: la creatividad, la cooperación, la comunicación y el pensamiento crítico.